Alquiler tradicional o alquiler turístico: ¿Qué es más rentable?
Comprar una vivienda para centrar esta en obtener beneficios es el sueño de muchos propietarios. Después de todo, ya sea realizar un alquiler tradicional como turístico puede ayudarnos a cubrir gastos de alquiler o, incluso, mantener esa segunda vivienda ocupada. Sin embargo, la preocupación de muchos propietarios viene relacionada con cómo conseguir sacar rentabilidad al alquiler vacacional o si, en el fondo, este puede ser mucho más rentable que un alquiler tradicional.
¿Cuáles son las ventajas y desventajas de un alquiler vacacional frente a uno tradicional? ¿Realmente este puede resultar más rentable que el alquiler de toda la vida? Estas son algunas de las preguntas que muchos propietarios se hacen a la hora de valorar los pros y contras de esta inversión y, por ello, hemos preparado esta completa guía para no solo responder a tus preguntas, sino incluso darte los puntos clave para sacar el máximo partido a tu inversión.
Diferencias entre alquiler tradicional y vacacional
Antes de poder definir las ventajas y desventajas de los tipos de alquileres, es importante señalar sus diferencias. ¿En qué se caracterizan cada uno de los alquileres y cómo pueden sacarle partido realmente los propietarios? A continuación te damos las características principales de los alquileres.
- Alquiler vacacional - Se trata de una renta de corto período, algo similar a que los huéspedes puedan ser considerados como visitantes. Estos harán uso de la vivienda de forma puntual y esporádica, contratando aquellos servicios que crean necesarios para su comodidad.
- Alquiler tradicional - Se trata del alquiler en el que se cede la vivienda a los inquilinos, tomando estos el lugar como su hogar de residencia habitual durante el tiempo que dure el contrato. En este caso, los inquilinos son habitantes y el alquiler estará enfocado a un largo periodo de tiempo, pudiendo actualizar el contrato para ampliar el tiempo.
Una vez tenemos estos puntos definidos y bien diferenciados, es la hora de hablar de los puntos que, a pesar de ser comunes, tienen claras diferencias en ambos sentidos.
Contratos
En el contrato de alquiler tradicional, el inquilino puede hacer uso de la vivienda durante años hasta que ambas partes decidan no renovar el contrato. Durante el periodo de contrato, el propietario pierde, de algún modo, la autoridad sobre el inmueble, siendo el inquilino el que utiliza la vivienda como si fuese suya.
En el alquiler vacacional, por otra parte, el contrato será de corta duración así como muy flexible. El propietario tiene un mayor control sobre la vivienda y, en todo momento, está al tanto de la actividad de reservas. Se trata de un formato de contrato moldeable y que se ajusta a las necesidades del propietario así como de los inquilinos.
Con los contratos, lo que tenemos claro es que el piso tradicional será rentable puesto que, durante el tiempo que el inquilino tenga el contrato firmado, recibiremos mes a mes el ingreso de alquiler. Sin embargo, el contrato de alquiler vacacional dependerá de los meses de más turismo así como del tiempo de ocupación por parte de los visitantes.
Ingresos
Entre las principales diferencias de los alquileres se encuentra el precio del inmueble. En el caso del alquiler vacacional, el precio se estipula por noche, suponiendo por ello un ingreso mayor. Además de esto, también el precio puede variar dependiendo de la temporada del año, de la zona en la que se encuentre el alojamiento o, incluso, los servicios que en este mismo alojamiento se ofrecen. No es lo mismo una tarifa para un huésped que no desea servicio de limpieza en el inmueble que para uno que sí lo necesita.
A su vez, también es destacable que el pago se haga por adelantado. De este modo, siempre se aseguran mejor las reservas así como hay una garantía de que el inmueble se aprovechará el máximo tiempo posible o se garantiza una reserva de la estancia durante ese periodo.
En el alquiler tradicional se suele abonar una mensualidad. Si bien a la hora de entrar se suele dar una señal de un mes, el pago se suele realizar al cumplirse el mes viviendo en la estancia. De este modo, se aumenta el riesgo de impago ya que no se abona previamente, sino en mensualidades.
Mantenimiento y control de la estancia
En caso de que el inquilino quiera decorar la estancia, esto solo será posible en un alquiler tradicional y solo en caso de que el propietario acepte los cambios o en caso de que sea para una mejora del inmueble, como puede ser el pintar las paredes o colgar un cuadro. Sin embargo, siempre habrá espacio en los contratos para que se restrinjan ciertos comportamientos, como la posibilidad de reforma.
En lo que respecta a la limpieza, esta debe correr a cargo del inquilino así como mantener el piso impoluto. Aspectos como que se estropeen ciertos electrodomésticos o incluso la fontanería, estarán normalmente sujetos a un seguro o, en caso de ser puestos por el propietario, será este mismo el que se encargue de su mantenimiento o cambio.
En el alquiler vacacional, los propietarios son los que se hacen cargo de todas las decisiones que se refieren a la vivienda. No hay nada que pueda modificarse sin su supervisión así como será el encargado de garantizar que el inquilino tenga todas las comodidades sujetas a los servicios que se ofrecen.
A su vez, en caso de desperfectos será el encargado de arreglar estos para los inquilinos. Y, por supuesto, el servicio de limpieza será algo habitual ya que el apartamento debe estar preparado para recibir a los nuevos visitantes.
Usabilidad por parte del propietario
En un contrato de alquiler tradicional, el propietario no podrá utilizar la vivienda hasta que se haya finalizado el contrato de arrendamiento. En caso de que quiera acceder al inmueble para cualquier gestión, trámite o inconveniente, siempre tendrá que hacerlo con autorización del inquilino y previo aviso.
A la hora de acceder a la vivienda con alquiler vacacional, se puede hacer uso personal en la vivienda hasta 30 días al año. La vivienda sigue siendo completamente suya y puede sacarle provecho en momentos en los que el alojamiento no esté en uso.
En definitiva, ¿qué tipo de alquiler es más rentable?
Tras repasar todos los puntos y marcar aquellos que son más notables, la realidad es que hay que destacar que el alquiler vacacional, si se compara con el tradicional, no resulta tan estable. Esto se refleja a la hora de ver los meses de alquiler, donde mientras que el tradicional sería constante por la ocupación, el vacacional sería por picos.
Sin embargo, el alquiler turístico cuenta con meses muy fuertes, sobre todo en época de vacaciones. A su vez, también hay que destacar que, cuando se trata de trasladar los datos de facturación, el alquiler vacacional puede llegar a triplicar o incluso cuadriplicar la facturación respecto a un alquiler tradicional. De hecho, el equipo de Anfitrioners ha conseguido que los beneficios del alquiler vacacional sean sobre un 30% más neto que el alquiler tradicional.
Aquí es donde entran puntos como que, para conseguir que un alquiler vacacional sea rentable, este debe ser anunciado apropiadamente en las plataformas de alquiler vacacional. A su vez, es importante contar con una empresa especializada en la gestión de alquiler vacacional. Después de todo, estos serán los que puedan analizar los puntos claves de tu vivienda para sacarle el máximo provecho.
En Anfitrioners conocemos la importancia que tiene para ti conseguir que tu vivienda no solo sea perfecta para tus inquilinos, sino que pueda también darte buenos beneficios. Es por ello que, si quieres conseguir los mejores resultados con tu alojamiento, nuestro equipo es perfecto para ti. Contacta con nosotros, estaremos encantados de responder todas tus preguntas y ayudarte en todo lo posible. Te estamos esperando.
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